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Limpiar los conductos, cargar el gas refrigerante y no forzar el compresor son algunos de los tips esenciales para mantener el aire acondicionado del coche en perfecto estado.
La península ibérica ya se ha convertido en el horno de todos los veranos, por lo que si no prestas atención al mantenimiento de tu coche, este puede convertirse en la más cálida de las saunas.
Si tienes ganas de pasar calor, deja de leer, pero si prefieres que los desplazamientos en tu vehículo sean los más fresquitos posibles no dejes pasar ni un día más sin poner a punto el aire acondicionado del coche. Así impedirás que, de repente, no enfríe o desprenda fragancias de lo más desagradables.
Evita los malos olores
¿Nunca te has subido en un vehículo con olor a vinagre o humedad? Eso es lo que ocurre cuando los conductos de ventilación están sucios. Sí, además de sacar brillo a la carrocería de tu bólido cada domingo por la tarde, hay que mantener limpio el circuito del aire si no quieres espantar al ligue de turno con un tufo muy cercano a las bombas fétidas.
Puede que el filtro de partículas esté más sucio de la cuenta o que el moho se haya instalado en algún recoveco a causa de la humedad del condensador. Es vital mantener los filtros del habitáculo y del polen en buen estado, pero de vez en cuando deberías efectuar una limpieza más exhaustiva.
Además de prevenir olores desagradables, así también impedirás la transmisión de enfermedades. Efectivamente, es una cuestión de higiene, como lavarse las manos o los dientes.
¿Cómo limpiar el aire acondicionado del coche? Pasos a seguir
Los expertos recomiendan realizar este tipo de limpiezas cada 6 meses. Si eres apañado, paciente y tienes algo de tiempo es un proceso que puedes llegar a hacer tú mismo.
- Limpia el polvo acumulado en las rendijas del aire. Con un trapo, un atrapapolvo o un pincel podrás acceder a los recovecos más escondidos.
- Quita la humedad de los conductos. Una forma sencilla de hacerlo es encendiendo la calefacción al máximo durante cinco minutos. Si no quieres morir asfixiado, sal del vehículo.
- Aplica un producto para desinfectar. De este modo acabarás con los posibles hongos, bacterias y ácaros que tengan montado el campamento en el interior de los conductos. Es muy importante seguir al pie de la letra las instrucciones de uso especificadas en el producto.
- Que corra el aire. Abre puertas, ventanillas e, incluso, maletero para ventilar antes de volver a usar el coche.
¿Y si el aire no sale frío?
Aunque a veces no lo pensemos, el gas refrigerante del vehículo puede llegar a su fin. Las vibraciones continuas y los cambios de temperatura hacen que, con el paso del tiempo (cuando el vehículo ya tiene cierta edad) se pierda la carga preestablecida.
A partir de los 4-5 años de vida, lo más habitual será que tengamos que recargar el aire acondicionado; por norma general, cada dos años. Con eso debería ser suficiente. Si no es así, y la temperatura del aire te da problemas cada menos tiempo, ¡atención!, puede que la fuga que tienes necesite una reparación.
Recargar el aire acondicionado, ¿qué es eso y cómo se hace?
La recarga del aire acondicionado del coche consiste simple y llanamente en rellenar el sistema de aire acondicionado con gas refrigerante hasta que este quede lleno.
TAunque en el mercado existen kits de recarga para que uno mismo pueda hacer la recarga del gas refrigerante, no es del todo aconsejable. Los mecanismos de los coches son cada vez más complejos y meter la pata es fácil. Especial cuidado si tu coche es híbrido o eléctrico, el uso de un kit inadecuado podría electrocutarte mientras lo recargas.
Lo más recomendable es ponerse en manos de un especialista. Si acudes a un taller, podrán realizarte una carga del aire acondicionado en lugar de una recarga. Puede sonar igual, pero no es así. La carga implicará vaciar de gas el circuito del aire acondicionado para después llenarlo con gas nuevo, lo que garantiza un mejor mantenimiento del sistema de climatización del vehículo.
Forzar puede salirte muy caro. ¿Cómo evitar visitas desagradables al taller?
La disminución del gas puede provocar un mayor esfuerzo del compresor, aumentando el consumo de carburante. Sabes eso que se suele decir de que llevar el aire encendido nos hace gastar más, pues no es del todo cierto. Lo que nos hace gastar más es la falta de gas. ¿Cómo te quedas?
Además, podrías cargarte el sistema, que tendría que ser sustituido. Y ahí sí que te puedes pegar un buen susto con la visita al taller. Así que, ya sabes, mejor prevenir que curar.
Entre esas prevenciones está también el control de la temperatura. Lo ideal es mantenerla entre 22 y 24 grados para, una vez más, no forzar el compresor. De nada sirve poner el termostato del aire a 17 grados cuando nos subimos en un coche ardiendo. Abre las ventanillas y deja que el habitáculo se ventile antes de poner el aire. Recuerda este consejo también cuando llegue el invierno, ya que el circuito también sufrirá si queremos subir la temperatura del habitáculo más rápido de la cuenta.
Otros posibles problemas a tener en cuenta
La falta de gas, el deterioro del sistema o pasar de limpiar el aire acondicionado del coche no son los únicos motivos que te harán palmar de calor: la obstrucción o desgaste del filtro del polen o un problema eléctrico en el sistema también podrían jugarte una mala pasada cuando peor te viene. La voz de alarma ante cualquiera de estos problemas saltará al advertir que el nivel de enfriamiento no tira como antes.
Si llevas el coche a una revisión o a cargar el gas del aire acondicionado, asegúrate de que comprueban el funcionamiento del sistema, la presión del circuito, la puesta en marcha del compresor, la correa de aire acondicionado y el estado del filtro de habitáculo para asegurar el correcto estado de la climatización del vehículo.
Si no queda otra, esta solución podría evitarte alguna sudada de más
Cuando se dice que todo está inventado, es que pocos cachivaches quedan por hacerse realidad hoy en día. ¿Has oído hablar de los aires acondicionados portátiles para coches? Sí, existe el aire acondicionado portátil para coches, lo repito por si crees que no lo has leído bien.
Su uso está especialmente extendido entre los profesionales que pasan mucho tiempo al volante, pero si el aire de tu coche no tira, o no tienes, puedes apuntarte a su club de fans.
Podrás encontrar diferentes modelos, con más o menos potencia, pero la mayoría funciona como un pequeño depósito de agua fría y una toma eléctrica al mechero/enchufe del coche. No esperes grandes milagros, pero sí una buena ayuda para capear el temporal.
¡Ojo al dato!
El sistema de ventilación, además de contribuir a tu confort es un sistema de seguridad. Puede ayudar a estar más alerta cuando la fatiga aprieta y es realmente importante para conseguir una correcta visualización de la calzada si se empañan los cristales.
Como ves, es tan importante como contar con un buen seguro de coche. ¿Conoces nuestras opciones para estar siempre protegido en la carretera? ¡Te las presentamos!
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