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Visitar un hayedo siempre es una fantástica opción para disfrutar de la naturaleza, pero si hay una época del año que hace de estos enclaves un lugar especialmente atractivo es el otoño. Durante esta estación, los árboles se tiñen de ocre, los suelos se cubren de un extenso manto rojizo y la magia fluye en cada rincón de los mejores hayedos de España.
Una estampa cautivadora para los sentidos. No solo por el espectáculo cromático de la vegetación, que es realmente sorprendente, sino también por los sonidos que estos entornos (tan aislados del ajetreo de las grandes ciudades) pueden llegar a concentrar: el murmullo de un arroyo cercano, el sonido de nuestras propias pisadas sobre las hojas caídas, el cantar de los pájaros. Todo contribuye a crear el ambiente perfecto.
Cálzate las botas de montaña, coge algo de abrigo y vamos a disfrutar de los mejores hayedos de España. Cada uno tienes sus particularidades, pero todos tienen en común el encanto que desprenden durante esta época del año, convirtiéndose en uno de los planes de otoño más fascinantes.
Antes de organizar la visita, presta atención a la climatología. El día en que las hojas de las hayas abandonan el verdor para dar paso a las tonalidades propias del otoño, no es una ciencia exacta. Y tampoco lo dejes pasar demasiado, o encontrarás los árboles completamente pelados.
Hayedo de Montejo, un remanso de paz a un paso de Madrid
Situado a los pies de sierra de Ayllón, este singular bosque está considerado Patrimonio Natural por la Unesco. Un entorno mágico en el que las leyendas fluyen, convirtiendo a las hadas y los duendes en unos habitantes más de sus laderas. Será difícil que llegues a verlos, pero, sin duda, los imaginarás correteando entre las numerosas setas que proliferan durante el otoño. Especialmente si recorres sus caminos con niños 😉.
Para admirar la belleza de su arboleda, tendrás que conseguir hacerte con uno de sus ansiados pases con antelación. Ponte la alarma del móvil el 1 y el 16 para inscribirte en la página web. Aquí puedes encontrar toda la información. Si no lo consigues, todavía tienes la opción de obtener la autorización de manera presencial el mismo día que se quiera realizar la visita al hayedo de Montejo. Prepárate para madrugar, porque te avisamos que vuelan a la velocidad de las entradas de los conciertos de Coldplay.
Tejera Negra, el último hayedo al sur de Europa (Guadalajara)
Este bosque te conquistará por la paleta multicolor de sus árboles y arbustos en otoño. Un impresionante cuadro pintado en verdes, rojos, naranjas, rosas, violetas y amarillos. Hayas, robles melojos, pinos silvestres, tejos, acebos y abedules entre los que viven corzos, zorros y jabalís. Además, en esta época del año su suelo da cobijo al apreciado Boletus edulis.
El acceso a la Senda de Carretas, la más demandada de sus rutas de senderismo, se limita mediante la reserva de plaza de aparcamiento en esta página web. Pero si te has quedado sin plaza, no te preocupes. Hay otras opciones igualmente atractivas como la senda del Robledal, que cuenta con una ruta de 17 kilómetros y puede transitarse incluso en bici.
Hayedo de Otzarreta, icono natural de Bizkaia
El hayedo de Otzarreta se encuentra en el Parque Natural de Gorbeia y constituye uno de los enclaves más espectaculares de todo el parque. Dependiendo de la época del año en la que se visite, desplegará unos encantos u otros, pero te aseguramos que siempre resulta atractivo. Una buena idea es recorrerlo en época de lluvias, cuando el regato que lo atraviesa baja lleno de agua. Además, si tienes la suerte de pillarlo con niebla, disfrutarás de toda una fantasía natural propia de los paisajes más filmográficos.
Sus centenarias hayas recrean peculiares formaciones, extendiendo sus ramas hacia el cielo en forma de candelabros. Esto se debe a que los carboneros de la zona empleaban estos árboles para hacer carbón, convirtiendo el bosque en un hayedo trasmocho (técnica de poda que genera esta forma en los árboles).
¿A que estás deseando incluirlo entre tus planes de otoño?
Selva de Irati en Navarra, el segundo hayedo más grande de Europa
Si la selva Negra de Alemania está entre tus ansiados destinos, que sepas que algo más cerca de casa se encuentra el segundo hayedo de mayores dimensiones de Europa: la selva de Irati. Aquí los bosques de hayas se combinan con los de abetos, conformando una gran masa forestal de 17.000 hectáreas. Un frondoso bosque con gran valor ecológico que constituye uno de los tesoros naturales más venerados de Navarra, capaz de deleitarnos en cada estación con un paisaje diferente.
Durante el otoño, los llamativos coloridos propios de la estación comparten protagonismo con los corzos. La berrea con la que estos animales intentan conquistar a las hembras en su época de celo resuena por todo el bosque.
Podrás acceder a través de dos vías diferentes: las Casas de Irati (oriental) y Arrazola (occidental). En ambos lugares hay puestos de información donde se debe pagar una tasa de mantenimiento de 5 € por coche o 2 € por moto.
Hayedo de Montegrande, ruta de senderismo hasta la cascada del Xiblu
En plena Cordillera Cantábrica se esconde una de las mayores masas forestales de Asturias. Entre hayas —árbol por excelencia de esta zona—, robles y acebos discurre un camino por el que además de disfrutar de la fauna, si observamos con detenimiento podremos detectar alguna pista de la presencia de grandes mamíferos: ciervos, rebecos, corzos, jabalís, osos y lobos, entre otros, dejan sus huellas a su paso por estas tierras, mientras que buitres, águilas o azores sobrevuelan sus cielos.
Según se avanza, sin dejar de admirar la belleza del entorno, comienza a oírse el agua de la cascada del Xiblu, que luce especialmente espectacular en los meses de deshielo. Una grata recompensa después de superar un sendero sencillo, pero con bastante desnivel en su parte final.
El hayedo de Jordà, inspiración artística (Girona)
Este bosque de hayas no te dejará indiferente. De características únicas en España, crece sobre un terreno relativamente llano, formado por una colada de lava enfriada procedente del volcán del Croscat, a una altitud nada frecuente para este tipo de árboles (entre 550 y 650 m).
Su singular belleza inspiró los versos del poeta Joan Maragall, quien escribió el conocido poema "La fageda d'en Jordà" en su honor. Para dejarse llevar por el paraje, hay diferentes circuitos con dificultades y longitudes diversas. Desde un corto y sencillo sendero circular de apenas media hora de duración a largas caminatas con las que adentrarse en la zona volcánica de Croscat y Santa Margarita, que bien merecen una visita.
Este bosque también ofrece la opción de visitar la parte más frondosa del hayedo cómodamente en un carruaje de caballos. La alternativa perfecta para las personas con movilidad reducida o los pequeños de la casa.
Hayedo de Carlac, relatos en el valle de Aran
Haciendo frontera con Francia, descubrimos el pequeño pueblo de Bausen. Desde sus calles de piedra y pizarra podremos acceder a una de las rutas de senderismo más bonitas del mundo, que además resulta ideal para hacer en familia. Eso sí, ojo con los desniveles, los niños tendrán que estar acostumbrados a andar por la montaña.
Sus milenarias hayas esconden infinidad de historias y misterios, entre los que destaca la memoria de dos jóvenes emparentados y enamorados que no pudieron pagar la “dispensa” que el capellán de la iglesia les exigía para casarte. Estos optaron por vivir juntos. Pero, cuando la mujer falleció, el párroco se negó a darle sepultura en el camposanto del pueblo. Los vecinos construyeron un cementerio civil con una sola tumba en un rincón apartado y tranquilo, donde todavía hoy descansan los restos de Teresa (así se llamaba la mujer), siempre acompañados con flores.
Todo bajo control
El hayedo de Montejo, el hayedo de Otzarreta, la selva de Irati... son algunos de los mejores hayedos de España que hemos escogido como muestra para animarte a disfrutar de la naturaleza, aunque el tiempo no acompañe del todo.
Son parajes frondosos y cercanos a arroyos y riachuelos, por lo que en ellos se suele concentrar bastante humedad. Recuerda ir bien equipado, con ropa y calzado cómodo, algo de agua para el paseo y la reserva hecha con antelación en los hayedos donde así se exija.
La ubicación de estos planes de otoño acostumbra a estar bastante alejada de las urbes, por lo que necesitarás contar con un vehículo. Antes de meterte por carreteras de montaña, revisa su estado y asegúrate de estar cubierto en caso de accidente. Si todavía no conoces nuestros seguros de auto y moto, aquí puedes descubrir todas sus ventajas. ¡Te sorprenderán!
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