- Lourdes Peña | #impúlsate
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La evolución del deporte femenino ha experimentado grandes avances en las últimas décadas, marcando un cambio notable en la percepción social, la visibilidad mediática y las oportunidades para las mujeres en el ámbito deportivo.
Al estudiar la participación de la mujer en el deporte a lo largo de los siglos, podemos comprobar que ya existían competiciones femeninas en las civilizaciones griegas y romanas. Eso sí, estas competiciones eran de menor repercusión e importancia que cualquiera de las competiciones masculinas.
Esa visión fue evolucionando de forma negativa para la mujer hasta el punto de que, en la Edad Media y el Renacimiento, las mujeres que realizaban deporte pertenecían a una clase social alta y solo se les permitían realizar actividades tales como la caza o la equitación.
No hace falta señalar que hasta hace muy poco tiempo las mujeres nos hemos visto juzgadas en función del deporte que realizamos. Pero,¿sabemos qué evolución hemos conseguido?
Veamos un poco más en detalle cómo ha ido evolucionando el deporte femenino.
Avances del deporte femenino
- Reconocimiento y visibilidad: históricamente, el deporte femenino ha sido menos reconocido y menos visible que el masculino. Eso es así. Sin embargo, en los últimos años, ha habido un aumento en la cobertura mediática y en la promoción de eventos deportivos femeninos. La retransmisión de competiciones femeninas y el aumento de mujeres en los medios deportivos han supuesto un mayor reconocimiento.
- Participación y acceso: se ha producido un aumento significativo en la participación de mujeres en una amplia gama de deportes. Al fin, ha sido posible un mayor acceso a instalaciones deportivas y programas de desarrollo en edad escolar. Las mujeres ahora tienen más oportunidades para involucrarse en deportes desde una edad temprana, lo que, evidentemente, genera un aumento en la calidad y la competitividad femenina.
- Mejora en la financiación: a medida que la visibilidad y el interés por el deporte femenino han crecido, también lo ha hecho el apoyo financiero. Las federaciones deportivas, empresas y patrocinadores invierten más en el desarrollo y la promoción del deporte femenino. Sin embargo, aquí todavía existe una brecha en comparación con el apoyo financiero que reciben los deportes masculinos.
- Igualdad en premios: en algunos eventos deportivos, como los Grand Slam de tenis (los 4 grandes torneos del circuito profesional de tenis), ha habido un esfuerzo para lograr la igualdad en los premios para hombres y mujeres. Si bien es cierto que todavía existe una gran desigualdad salarial en la mayoría de deportes.
- Cambios sociales: la percepción de las mujeres en el deporte ha evolucionado positivamente. Se ha obviado la idea de que ciertos deportes son exclusivamente masculinos y se ha reconocido la habilidad y la dedicación de las mujeres atletas. Gracias a esto, se ha generado un gran cambio cultural que fomenta la igualdad de oportunidades en el deporte.
Estereotipos a romper en el deporte femenino
A pesar de todo ello, todavía queda un largo camino por recorrer, sobre todo en deportes que tienen ligados estereotipos que buscan perpetuar las diferencias entre hombres y mujeres. Deportes tales como el fútbol o deportes de fuerza. Hablando de estos últimos, se encuentran aún muchos de los estereotipos de la mujer y el deporte. ¿Cuáles son?
- Debilidad física: uno de los estereotipos más comunes es la percepción de que las mujeres son físicamente más débiles que los hombres. Esto ha creado la idea errónea de que las mujeres no pueden levantar grandes pesos o participar en actividades que requieren fuerza.
- Pérdida de feminidad: otro estereotipo es la creencia de que participar en deportes de fuerza puede hacer que las mujeres pierdan su feminidad. Este estigma cultural ha llevado durante años a las mujeres a evitar actividades que desarrollen músculos o que puedan cambiar su apariencia física.
- Riesgo de lesiones: algunas personas han sostenido que las mujeres son más propensas a lesiones al participar en deportes de fuerza. Con el entrenamiento y la supervisión adecuadas, cualquier persona puede participar en actividades de fuerza de manera segura y beneficiosa para su salud.
- Limitaciones de fuerza y potencia: existe la creencia errónea de que las mujeres tienen limitaciones en su capacidad atlética, especialmente en términos de fuerza y potencia. Este estereotipo ha sido desafiado por numerosas atletas a lo largo de la historia.
Obviamente, estos estereotipos son infundados y han sido “desmentidos” por el éxito de las mujeres en el deporte. Atletas femeninas han demostrado repetidamente su capacidad para superar pruebas deportivas y han contribuido al cambio de percepciones en la sociedad generando cada vez más un estado de equilibrio deportivo entre géneros.
Si quieres seguir sumando en esta evolución, cálzate tus zapatillas de deporte… ¡y a sudar!
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Más sobre mí
Lourdes Peña Romero. Fisioterapeuta y entrenadora de MAMIfit. Especialista en suelo pélvico. Máster en acondicionamiento físico y control motor. Doctorada en la Universidad de Castilla-La Mancha.
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