Si queremos que cuerpo y mente mantengan un estado saludable, es importante llevarnos de vacaciones con nosotr@s a los buenos hábitos adquiridos a lo largo del año: rutina de Ejercicio físico, buena alimentación y buen descanso.

Encontrar el equilibrio entre todos estos agentes va a ser esencial para evitar la “reconquista” después del verano y asegurar que el autocuidado continúa estando presente (si perdemos todo lo que hemos trabajado durante el año, recuperarlo desde 0 va a ser mucho más difícil) en vacaciones.

¿Quieres algunos tips para conseguir esta estabilidad en vacaciones?

La época estival ya está aquí, quedan muy pocas semanas (o días) para las vacaciones: suben las temperaturas, los días son más largos, las terrazas se llenan de gente... Está claro que, con esta estación, muchas veces se prioriza el ocio a la práctica de ejercicio físico. Pero... ¿por qué ocurre esto? ¿Podemos compatibilizar los momentos de ocio con la rutina habitual de ejercicio físico?

Son muchas las personas que durante el año acuden a los gimnasios con el objetivo de trabajar su cuerpo y “esculpirlo” antes de la llegada del verano, se someten a “dietas milagro” y al tercer pilar (sueño/descanso de calidad) apenas le dan importancia. Esta práctica tan “esclava”, que no tiene en consideración todos los principios fundamentales para mantener un cuerpo y mente saludables, resulta inadecuada, ya que permite generar unos superficiales “buenos hábitos” que, a corto plazo, acabarán difuminándose y finalmente, desaparecerán.

Mirar hacia dentro y no tanto hacia fuera

No obstante, también hay individuos que se han esforzado y han conseguido dejar de lado la pura motivación extrínseca (la que viene dada por estímulos externos: como acudir al gimnasio con el objetivo principal de lucir bañador en la playa; hacer estrictas “dietas” para perder peso lo más rápido posible...), para ir hacia la motivación intrínseca (más difícil de alcanzar y que requiere también más tiempo). Estas personas están en un escalón intermedio en el camino de la autodeterminación, un estado de regulacio´n integrada (tipo de conducta ma´s autodeterminada o auto´noma dentro del continuo de motivacio´n extrínseca). Por ello, adema´s de considerar la importancia y el valor de la práctica de, en este caso, el ejercicio físico, actúan libremente y lo toman como parte de su estilo de vida, adecuándolo a sus propios intereses y necesidades (Merino, 2017; Moreno y Martínez, 2006; González-Cutre, 2017).

Independientemente del grupo en el que te sientas más identificad@,

• si eres aficionad@ al ejercicio que lo practicas por placer, de manera voluntaria, porque te satisface, y estás en proceso de adquisición de buenos hábitos o has logrado incorporar el ejercicio como parte de tu estilo de vida, valorándolo positivamente y siendo consciente de todos sus beneficios;
• o si simplemente realizas ejercicio por puro interés u obligación y aún no has conseguido disfrutar con ello, está claro que las vacaciones de verano son un momento en el que tod@s somos más “vulnerables” y susceptibles al abandono de la rutina de ejercicio físico y, en general, a dejar de lado todos los buenos hábitos adquiridos a lo largo del año.

Para evitar que esto ocurra y que, sobre todo, al segundo grupo, le cueste mucho más reincorporarse a la tendencia del estilo de vida saludable, es importante saber cómo mantener la práctica de ejercicio físico durante las vacaciones, ya que no es incompatible.

En tres pasos, lo tienes a tu alcance

Si sigues estos tres pequeños consejos, seguro que te resultará mucho más sencillo:

1. Planifica: es importante que organices tus entrenamientos antes de irte de vacaciones. Saber el espacio, tipo de materiales y tiempo del que vas a disponer, con antelación, te ayudará a redistribuir tus rutinas habituales de ejercicio físico. De lo contario, llegarás a tu nuevo destino y lo irás posponiendo día tras día. Además, te recomendamos que aproveches para entrenar durante las primeras horas del día: la temperatura será más confortable, te dará menos pereza y tendrás más motivación para el resto del día.
2. Innova: aprovecha que cambias de ubicación para añadir creatividad a tus sesiones de entrenamiento. Prioriza las actividades al aire libre (surf, buceo, excursiones en bicicleta, senderismo...) que no puedes hacer a lo largo del año y que ahora te pueden ayudar a desconectar y mantenerte tu nivel de actividad con un extra de motivación.
3. Utiliza tus piernas siempre que puedas: intenta utilizar el coche (u otros transportes) lo menos posible, ya que así aumentas de forma “inconsciente” tu gasto energético durante el día. Siempre que puedas, aprovecha para caminar por la playa, la montaña, las ciudades o los pequeños pueblos que visites. Mantener tu cuerpo en movimiento es una increíble estrategia para no perder los buenos hábitos durante el verano de manera fácil y cómoda.

Y si aun así no te hemos convencido... recuerda que también es importante que al menos seas capaz de mantener unos niveles elevados de actividad física, de tu NEAT (Non-Exercise Activity Thermogenesis), o gasto energético que se produce al llevar acabo las acciones/tareas cotidianas. Subir-bajar las escaleras, ir al supermercado/restaurante, limpiar la casa/coche, pasear al perro, jugar en el parque con los peques, ir caminando/en bicicleta a la playa, hacer visitas guiadas caminando... cada día del verano está lleno de oportunidades para estar en actividad constante... solo hay que querer encontrarlas.

Si te quedan dudas cuernta con el apoyo de expertas y expertos entrenadores como los de MAMIFit o con los médicos de los seguros de salud de Tomamos impulso para que te ayuden a mantener un estilo de vida saludable durante el verano. No dudes en contactar con nosotr@s, estaremos encanta@s de acompañarte.

Más sobre mí
Sandra Solaguren-Beascoa. Graduada en CAFyD (Grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte). Especialista en salud, entrenamiento y mujer. Doctoranda en Biomedicina en la Universidad de Granada. Entrenadora e investigadora en MAMIfit.