• Lourdes Peña | #impúlsate
  • 5 min de lectura

Qué es la meditación y para qué nos puede servir

No encontramos tiempo para aquellos hábitos saludables que nos ayuden a despejar la mente, relajarnos y disfrutar el momento. Uno de estos hábitos, que ya habrás escuchado antes, es la meditación. “No encuentro el momento”, “no desconecto”, son los grandes dilemas cuando queremos realizarla. Sigue leyendo y te damos unos consejos que te pueden venir bien.

Hay muchas emociones negativas que nos vienen a lo largo del día, el estrés del trabajo entre otras, y nos generan problemas con los que la meditación nos puede ayudar.

Para eso, entendamos primero qué es la meditación. Tenemos ante nosotros una actividad realizada desde hace miles de años, cuyo objetivo es encontrar la tranquilidad mental y disminuir los niveles de estrés. Cuando la practicamos, conseguimos un estado de relajación/concentración que incluso mejora ciertos aspectos de nuestra salud, tanto mental como física.

Meditar sin tener tiempo

¿Dónde y cómo practicar la meditación?

Muchas veces asociamos la acción de meditar a “dejar la mente en blanco”, el silencio absoluto e ir esquivando los pensamientos que nos llegan a la mente. Va por ahí, pero eso no es todo.

En cuanto al lugar donde meditar, es cierto que lo ideal para empezar es realizarlo en un lugar cómodo, sin demasiado ruido y que nos permita concentrarnos en nosotros mismos, pero en realidad el lugar elegido puede ser cualquiera en el que te sientas cómodo: tu dormitorio, un rincón del salón o incluso en el coche o en el tren.

Encuentra el tipo de meditación que te vaya bien

Tenemos distintos tipos de meditación, desde meditaciones guiadas (recomendadas para los no iniciados) en las que usas un audio como ayuda y guía para la actividad, hasta ejercicios físicos como el yoga o el taichí u otros tipos de movimiento consciente en los que no dejas que la mente se concentre en otra cosa que no sea tu propio cuerpo.

Hay muchas otras variantes, como: meditación Vipassana, Kundalini, Chakra, Zazen, Mantra, Tonglen, Transcendental... No entraremos a analizar cada una, pero seguro que si tienes interés no te costará encontrar información en internet por si quieres probar.

¿Cómo meditar? ¿Qué hay que hacer o dejar de hacer?

Ya has elegido el sitio, la ropa (todo cómodo) y un ambiente tranquilo. Ya sabes qué tipo de meditación vas a probar. Elijas el método que elijas, recuerda que la meditación no consiste en olvidarse de todo, sino que nuestro objetivo es concentrar nuestra atención en el momento presente y dejar que tus pensamientos fluyan, pasen y dejen espacio para tu propia “presencia”, el estar presente, sin más y sin menos.

A veces puede no ser fácil conseguir esa calma porque la mente, el cerebro, siempre quieren ser los protagonistas y nos van tirando ideas, preocupaciones, imágenes, recuerdos del pasado o proyecciones y planificaciones del futuro. No te inquietes. Si tienes una guía de audio (con instrucciones o música o determinados sonidos) te ayudará a concentrarte en estar presente y en no despistarte con el resto.

Si no usas ninguna ayuda externa, no te preocupes porque tienes un aliado potentísimo: tu respiración. La respiración conecta en cada momento nuestro cuerpo al presente y es el refugio a que acudir siempre que la mente quiera tomar el control con sus pensamientos.

Hay muchos tipos de respiración según las meditaciones, pero básicamente puedes empezar por respirar por la nariz, inhalando y exhalando con tranquilidad. Concéntrate en el propio mecanismo de tu respiración: nota el aire, algo frío quizá, que entra por tus fosas nasales, nota como baja hacia tus pulmones y los va llenando... y como luego los va vaciando y sale de nuevo al exterior, algo más cálido que antes.

La respiración es un mecanismo sencillo, suave, innato y que si nos fijamos un rato en él veremos que es lo esencial que nos mantiene vivos, nos conecta con el momento y nos permite ser conscientes de que estamos presentes en ese aquí y ahora que buscamos encontrar con la meditación.

¿Cuánto tiempo necesito?

Lo ideal es hacerlo al menos 15 minutos diarios. Pero hay más, y es que, en tus inicios, hacerlo solo 5 minutos diarios te va a preparar para mantener luego esta práctica en el tiempo de manera natural, ya lo verás. ¡Solo 5 minutos! Los expertos recomiendan antes del desayuno, pero si tu problema es el tiempo, simplemente adapta tu horario y déjate llevar.

Sentado, tumbado, en el suelo, en la cama... no hay excusa para no encontrar esos pocos minutos de paz mental y armonía corporal que nos conecten con el presente y con nosotros mismos.

¿Qué beneficios aporta?

  • Disminuye nivel de estrés y ansiedad
  • Mejora la calidad del sueño
  • Mejora la concentración
  • Disminuye la tensión muscular
  • Reduce la presión sanguínea
  • Frena el envejecimiento células neuronales

Lo que se traduce en una mejora de la salud mental y, como consecuencia, de la salud física.

Qué, ¿a qué estás esperando? 😀

Si tienes dudas, el equipo de expertas y expertos entrenadores de MAMIFit y los médicos de los seguros de salud de Tomamos impulso te ayudarán a encontrar la forma de empezar con motivación y la técnica más adecuada a ti. Es momento de mejorar tu salud y buenos hábitos.

Más sobre mí
Lourdes Peña Romero. Fisioterapeuta y entrenadora de MAMIfit. Especialista en suelo pélvico. Máster en acondicionamiento físico y control motor. Doctorada en la Universidad de Castilla-La Mancha.

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