- Sandra Solaguren-Beascoa | #impúlsate
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El orden en el que comemos es importante
Pongámonos técnicos solo por un momento, para empezar: la glucemia postprandial (nivel de glucosa en sangre entre la ingesta de los alimentos y las dos horas posteriores) es uno de los principales marcadores que sirve para esclarecer el diagnóstico de diabetes. La regulación de estos niveles resulta esencial para minimizar los “picos” de glucosa en sangre, ayudando a evitar la aparición de episodios de hiperglucemia postprandial.
El orden de ingesta de los principales macronutrientes (carbohidratos, grasas y proteínas) ha mostrado ser un regulador clave de la glucemia postprandial. En concreto, durante una comida, consumir alimentos ricos en grasas y proteínas antes de aquellos con un alto contenido en hidratos de carbono, reduce notablemente este marcador, retrasando el vaciamiento gástrico, mejorando la liberación de insulina estimulada por la glucosa y contribuyendo a disminuir su eliminación. Esta estrategia nos va a ayudar a mantener unos niveles de glucosa estables y mejorar la tolerancia a la glucosa, favoreciendo la reducción del riesgo de aumento de peso corporal, en comparación con una “precarga” de carbohidratos (primer macronutriente de la comida) (Nesti et al., 2019). O sea, pollo con patatas, no patatas con pollo.
En este sentido, son varias las investigaciones que revelan una notable reducción (30-50 %) del “pico” de glucosa en sangre, tras haber realizado una “pre-carga” (ingesta previa) de una combinación de proteínas y grasas en la comida principal (Tricò et al., 2015). En otro estudio similar también mostraron una reducción del 30 % en los niveles de glucosa después de las comidas, cuando se consumían 50 gramos de proteína antes de una ingesta de alimentos de alto índice glucémico (Jakubowicz et al., 2014).
No todo vale para todos
No obstante, es preciso señalar que el efecto de esta “pre-carga” de macronutrientes sobre la aparición de un estado de hiperglucemia postprandial se ha estudiado principalmente en personas diagnosticadas con diabetes tipo 2, revelando efectos positivos similares a los tratamientos farmacológicos. Por contra, en el caso de aquellas personas con diabetes tipo 1, implementar estas estrategias para controlar los niveles de hiperglucemia es mucho más complejo. Aún no existen suficientes resultados como para poder afirmar su efectividad y, con frecuencia, su implementación se ha asociado con un mayor riesgo de hipoglucemia inducida por insulina (Nesti et al., 2019). Si bien, un estudio reciente elaborado con adolescentes con diagnóstico de diabetes tipo 1 ha mostrado pequeñas reducciones (10 %) de los niveles medios de glucosa cuando se ingerían grasas y proteínas 15 minutos antes de consumir hidratos de carbono (Faber et al., 2018). En esta misma línea, en el caso de aquellas mujeres con diabetes gestacional, la estrategia de priorizar una “precarga” baja en carbohidratos, aunque poco estudiada hasta el momento, es prometedora, reduciendo significativamente la glucosa postprandial y en ayunas (Li et al., 2016).
Comer sano... y en un orden sano
En definitiva, en los sujetos “sanos” (sin diagnóstico de diabetes), el orden de la ingesta de los alimentos durante las comidas debe ser un aspecto más a tener en cuenta, ya que servirá para generar beneficios adicionales sobre su estado de salud general, ayudando a mantener unos adecuados niveles de glucosa en sangre, así como a regular el peso corporal (aumentando la sensación de saciedad).
Sin embargo, en las personas con diabetes (sobre todo tipo 2), esta secuenciación y temporalización del consumo de los principales macronutrientes va a resultar un elemento clave para regular los niveles de glucemia postprandial y evitar la aparición de “picos” de hiperglucemia, mejorando el control de la diabetes y con ello, su calidad de vida.
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Más sobre mí
Sandra Solaguren-Beascoa. Graduada en CAFyD (Grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte). Especialista en salud, entrenamiento y mujer. Doctoranda en Biomedicina en la Universidad de Granada. Entrenadora e investigadora en MAMIfit.
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