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Los animales de compañía nos dan muchas alegrías. Viven con nosotros, nos acompañan y nos divierten, y son absolutamente fieles, mucho más que ese/esa “ex” en el/la que estás pensando. ¿No te ha pasado que a veces te quedas mirando a tu perro o a tu gato y te preguntas qué estará pensando, qué siente o cómo entiende vuestra relación?
Si somos capaces de interpretar las señales de los perros o gatos, conseguiremos comprenderlos mejor, saber qué es lo que necesitan de nosotros en cada momento y afianzar el vínculo que nos une. Las señales de comunicación animal son muy evidentes y es fundamental saber qué significa su comportamiento en cada momento para tener una buena convivencia y no estresar a nuestra mascota.
Cómo entender las señales de los perros
Los perros son muy directos y expresivos. Utilizan para comunicarse muchas partes de su cuerpo y otras formas de expresión, como los ladridos o la mirada. Si observas detenidamente las señales de comunicación animal que te está mandando tu perro podrás entender lo que tu mascota quiere decirte.
- Orejas: si las mantiene erguidas quiere decir que está atento, intrigado o enfadado, y si las echa hacia atrás significa que ha entrado en un estado de sumisión o miedo. En cambio, si están relajadas te estará indicando que está tranquilo.
- Cola: si la mantiene alzada, rígida e inmóvil, te muestra que está sometido a un estado de presión o de estrés. Y si permanece entre sus piernas, te estará indicando que tiene miedo o está nervioso. Pero si la mueve de un lado a otro, ya lo sabes: ¡está encantado de verte!
- Ladridos: entre las señales de los perros, los ladridos exigen una interpretación de la situación. Puede que un perro ladre para que juguemos con él o quizá nos esté avisando de un peligro. También lo hacen cuando están a punto de atacar.
- Lengua y dientes: curiosamente los perros utilizan la lengua para pedir disculpas. Hay muchas mascotas que cuando sus dueños les regañan sacan y meten su lengua repetidamente. En cambio, si te enseña los dientes debes tener cuidado: es una señal clara de advertencia.
- La mirada: los perros utilizan la mirada fija para retarse y la esquivan en señal de sumisión. Por eso no resulta nada conveniente mirar a un perro desconocido a los ojos fijamente.
Cómo se comunican contigo los gatos
Si tienes un gato ya lo sabrás: estos animales de compañía son independientes y muy suyos. Y aunque cada animal tiene su carácter y no hay que dejarse llevar por el mito de que los gatos son ariscos, lo cierto es que la comunicación animal que tienen los mininos es mucho más sutil que la de los perros.
A pesar de ello, hay gestos y comportamientos que, bien entendidos, permiten interpretar su estado de ánimo y saber qué quiere tu gato de ti en cada momento.
- El gato se pega a nuestro cuerpo: cuando nuestra mascota se acerca mucho a nosotros con la cola levantada es un gesto inequívoco de que quiere que le acariciemos. Eso sí, tendrás que respetar aquellas zonas que no admiten contacto humano, habitualmente la barriga. En cambio, a casi todos los gatos les gusta que les acaricien la cabeza y en el lomo.
- Pupilas y orejas: si un gato te mira con las pupilas dilatadas y redondas es que está alerta. Si además echa las orejas para atrás y se le eriza el pelo, o ves que la cola está hinchada, es que está preparado para atacar.
- Maullidos: el maullido de las gatas en celo es fácilmente reconocible, porque es muy profundo e intenso. En cambio, cuando un gato tiene hambre, es probable que te mire a los ojos, con las pupilas verticales, y emita un maullido limpio.
- Cola: cuando la cola está recta y el gato solo mueve la punta, puede indicar un estado de alerta. Mejor no acariciarle en ese momento.
- Orina y uñas: los gatos son muy territoriales, y pueden marcar su territorio con la orina o rascándose. Si eliminas estos olores pueden causarle estrés.
- Ronroneo: tu mascota ronroneara cuando esté relajada y a gusto. Es muy común que lo haga cuando le estás acariciando, aunque no siempre te dará permiso para hacerlo. Si quiere recibir mimos, no te preocupes, que te lo demostrará de una forma muy insistente.
¿Merece la pena un seguro para perros o gatos?
¡Por supuesto que sí! Los animales de compañía que tenemos en casa son parte de nuestra familia y por ello se merecen el mejor de los cuidados. No solo se trata de llevarlos a las clínicas veterinarias cuando están malitos, sino de conseguir que tengan la mejor calidad de vida posible.
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Cuidar a tu mascota y tratar de entenderla es una aventura maravillosa. Ver cómo se potencia día tras día el vínculo con tu perro o tu gato es un gran privilegio. Solo tienes que estar atento para interpretar sus gestos adecuadamente y sabrás lo que te quiere decir. ¡Pon atención y la comunicación fluirá!
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