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¡Los temidos parásitos de las mascotas! Las garrapatas, las pulgas, los ácaros, los mosquitos... son los más frecuentes y los primeros que nos vienen a la mente cuando hablamos de esta pesadilla. Forman parte de los denominados parásitos externos y suelen ser perceptibles a simple vista. Si nuestro perro o gato se rasca en exceso, tiene piel muerta entre el pelo o ronchas en la piel, o suciedad y bichitos en el pelo, es probable que se haya contagiado con cualquiera de estos amorosos bichitos.
Este tipo de infestación es más propia de las estaciones de calor. Pero no te confíes, los parásitos externos no son los únicos capaces de comprometer la salud de nuestras mascotas.
La amenaza interna, siempre presente
Los parásitos internos, aunque menos habituales, permanecen al acecho durante cualquier época del año. Para que no los sufran, en primer lugar, tenemos que cumplir con el calendario de desparasitaciones que corresponda según su especie. Por ejemplo, en perros, debe hacerse cada dos meses, porque son mascotas que salen al exterior del hogar y, por tanto, son más susceptibles a la parasitosis. En el caso de los gatos, sobre todo si viven siempre dentro de casa, con dos tratamientos anuales, sería suficiente.
Si a pesar de abordar el problema desde la prevención, creemos que nuestra mascota se ha contagiado, tendremos que consultar el mejor tratamiento con un profesional, quien determinará el tipo de parásito y cómo eliminarlo.
¿Cómo podemos saber si nuestro animal tiene parásitos internos?
Debemos permanecer alerta a los siguientes síntomas. Podrían dar la voz de alarma:
- Diarrea: sobre todo si persiste a pesar de no existir otra patología, incluso con alimentos astringentes. Si aparece sangre en las deposiciones, hay que acudir al veterinario sin demora.
- Disminución del apetito: el animal deja de comer sin motivo aparente, hasta aquellos alimentos que sabemos que siempre le vuelven loco.
- Pérdida de peso: si está más delgado a pesar de que sus hábitos no han cambiado.
- Cuerpos extraños en las heces: en ocasiones los parásitos dejan restos o son eliminados a través de la evacuación.
- Molestias en el ano: podemos ver a nuestra mascota rascarse o lamerse la zona con insistencia, siendo síntoma de dolor o picor.
- Barriga hinchada: es más frecuente en cachorros que en ejemplares adultos, pero la distensión abdominal también puede ser un síntoma de parasitosis.
- Fiebre: la temperatura elevada siempre debe alertarnos, sobre todo si el perro o gato se muestra aletargado.
La infección interna suele ser evolutiva, es decir, que empieza siendo una afectación leve, pero si no la controlamos, se irá reproduciendo progresivamente y puede dañar a nuestra mascota. Este tipo de parásitos en mascotas suelen perjudicar al sistema gastrointestinal e incluso en ocasiones, a otros órganos, como los riñones o el hígado.
Los más frecuentes y su tratamiento
Es importante saber a qué nos enfrentamos para emplear el tratamiento más eficaz, aunque este siempre será con prescripción veterinaria:
- Nematodos. Son gusanos redondos, la infección más común y fácil de eliminar en perros. Son muy frecuentes en cachorros y se alojan en el intestino del animal.
- Cestodos. Se trata de gusanos planos y también se instalan en el intestino, algunos son muy conocidos, como la tenia.
- Giardias. Son organismos unicelulares que se ubican en el intestino y se alimentan de los nutrientes que ingiere el animal. Suelen contraerse en aguas contaminadas y son difíciles de eliminar por su gran capacidad reproductiva. No produce síntomas hasta que la infestación es muy alta, por lo que se trata del parásito interno más peligroso.
Tanto en el caso de nematodos como en el de los cestodos o giardias, el veterinario determinará, mediante un análisis de las heces del perro o gato, qué parásitos tiene en su organismo y cómo combatirlos para librarnos de ellos.
Es importante saber también que muchos de los parásitos a los que están expuestas las mascotas pueden contagiarnos. Además, los externos pueden transmitir otras enfermedades si nos pican. Si convivimos con animales de compañía, debemos extremar las precauciones (como evitar que nos lama la cara o las manos) y mantener al día su cartilla, acorde al calendario de desparasitación.
Sea la época del año que sea, no dejes de prestar atención
Como ya hemos mencionado, los parásitos externos son más propios de la primavera y el verano, pero eso no significa que no puedan darse el resto del año. Aprovechamos para recordar los más habituales, sobre todo entre perros:
- Ácaros. Son artrópodos microscópicos y los más comunes son los que producen sarna u otitis. Se contagian por contacto directo o a través de las superficies donde el animal descansa y se eliminan extremando la higiene con productos insecticidas tópicos como champús o pomadas.
- Pulgas. Son insectos que se alimentan de la sangre de animales. Se sitúan sobre la piel, pero no siempre viven sobre ella. Para eliminarlas, no solo hay que tratar al perro o gato con un espray antipulgas apropiado, sino también limpiar adecuadamente su entorno.
- Garrapatas. Son ácaros macroscópicos que se alojan en la piel para alimentarse de la sangre de nuestra mascota. Suelen contraerlas al aire libre, donde crece hierba alta o hay presencia de otros animales. Si solo tiene alguna, se puede retirar con unas pinzas, pero si vemos abundancia, debe hacerse con productos específicos que traten toda la piel.
- Piojos. Son insectos que viven en la piel del animal, aunque si este está sano, es poco probable que los tenga porque generalmente aparecen en mascotas con falta de higiene o alimentación deficiente. La desparasitación es sencilla, pero debe realizarse lo antes posible (con un producto y peine específico, igual que la pediculosis en humanos) para que no sufran irritaciones o alergias.
- Moscas. Es poco habitual, pero en ocasiones las moscas depositan sus huevos en heridas abiertas provocando miasis, una enfermedad parasitaria que infecta tejidos y órganos. Es sencillo apreciarlas a simple vista, pero deben ser eliminadas por un veterinario, que retirará las larvas y administrará el fármaco necesario para asegurar que no queda ninguna viva.
8 tips para propietarios de perros que seguir a pies juntillas
- Protege al animal con un collar antiparasitario cuando salga a la calle.
- Durante los paseos, permite que olfatee, pero no le dejes lamer ni ingerir nunca nada. Tampoco beber agua de charcos o de sitios estancados./li>
- Si come algo desconocido, revisa su calendario de desparasitación para saber si se puede repetir el tratamiento o si en el momento estaba cubierto.
- Evita compartir juguetes, comederos o bebederos con animales cuya prevención no conoces.
- Si juega con otros animales de compañía, es recomendable saber si estos están desparasitados o no.
- No permitir que interactúe con animales salvajes o destinados a consumo humano.
- En el campo, zonas de hierba alta o donde viven y pasean otros animales, es probable que haya garrapatas o pulgas. Es conveniente revisar el pelaje por si hubiera cogido alguno.
- Al volver a casa, limpia las patas y el hocico al animal y cepilla el pelo si ha estado en una zona de riesgo.
Sea la especie que sea...
Si queremos mantener los parásitos lejos de nuestra mascota, debemos prestar atención a su cuidado y no saltarnos ninguna cita del calendario de desparasitaciones. Si tienes cualquier duda relacionada con la parasitosis, consulta lo antes posible con un especialista. En Tomamos impulso contamos con un seguro de mascotas que te dará acceso a un amplio cuadro de profesionales aguardando para ayudarte. ¡Que los parásitos de tus mascotas no te amarguen la existencia!
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