• Sandra Solaguren-Beascoa | #impúlsate
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Dieta, una palabra con mucho significado

La evolución de la sociedad y los cambios en los hábitos y costumbres cotidianas de la población han generado una pérdida del sentido original de la palabra dieta. En su acepción original, los griegos y romanos hacían referencia a este término como díaita, un “régimen de vida” o “estilo de vida”. Sin embargo, hoy en día se ha transformado y suele emplearse para hacer referencia a un plan de alimentación restrictivo que, en la mayoría de los casos tiene como objetivo la pérdida de peso y está asociado paralelamente a un estado de sufrimiento, restricción y castigo. Deberíamos trabajar por recuperar el origen del término y conseguir que las personas adopten estilos de vida saludables, ajustados a sus intereses y necesidades individuales. De este modo, se convertirán en rutinas llevaderas, satisfactorias y perdurables en el tiempo. Pero... ¿cómo podemos hacerlo?

Dieta o estilo de vida

Dieta o estilo de vida: ¿qué es lo más saludable?

El diccionario de la Real Academia Española (RAE) se actualiza periódicamente conforme la sociedad evoluciona y se transforma. Los cambios en los hábitos y costumbres de la población han generado la transformación y/o aparición de nuevos términos. Un claro ejemplo de este cambio lo encontramos en la palabra dieta. ¿Qué es lo que nuestro cerebro piensa casi de manera automática al escuchar el término? ¿Pérdida de peso? ¿Restricción? ¿Sacrificio? ¿Voluntad?. No te asustes si es así, es el concepto que, indirectamente entre todos, hemos ido generado en las últimas décadas.

En su sentido original, como decíamos, este término era utilizado por griegos y romanos para hacer referencia a un “régimen de vida” o “forma de vivir” equilibrada y alineada con lo que el cuerpo necesitaba: proporcionar al organismo la suficiente energía para realizar las tareas y actividades del día a día. Es decir, únicamente entendían la palabra como la ingesta de alimentos que un individuo suministraba al organismo a lo largo del día en función de sus necesidades y demandas energéticas.

Como vemos, la dieta no era un estado puntual o momentáneo, sino que era un estilo de vida que se mantenía a lo largo del tiempo y que formaba parte de la rutina diaria. Mantener un estado de armonía y equilibrio en sus patrones alimenticios, sabiendo realizar los ajustes necesarios en función de sus necesidades, era una auténtica virtud que permitía mantener una vida saludable, entendiendo la salud como un estado de bienestar biopsicosocial.

¿Cómo cambiamos el chip?

Para cambiar el “chip” y redirigir el sentido de la palabra dieta a sus verdaderos orígenes, planteamos una serie de características generales que te ayudarán a eliminar las connotaciones poco saludables (restricción, sacrificio, prohibición...) de la palabra, para sustituirlas por el concepto de equilibrio y bienestar que genera la adopción de un estilo de vida saludable.

  1. Alimentación: prioriza “alimentos reales” y huye de los ultraprocesados (preparaciones industriales comestibles con listas interminables de ingredientes como azúcares, harinas refinadas, aditivos, edulcorantes, colorantes... que han sido sometidos a procedimientos de transformación y elaboración artificiales y perjudiciales para tu salud). Recuerda: un huevo, una judía, una fruta o un filete no llevan etiqueta (más allá de las de sanidad alimentaria), lo que les convierte en algo que podríamos clasificar como “comida real”.
  2. Movimiento: planifica e incorpora pequeñas píldoras de ejercicio físico como parte de rutina diaria. No hace falta invertir mucho tiempo, sino ser organizado y constante para cumplir con tus pequeños “snacks” de movimiento.
  3. Descanso: tener espacios de desconexión y adoptar buenos hábitos de sueño y descanso van a ser los pilares fundamentales para mantener un estilo de vida equilibrado. El estrés y la acumulación de fatiga o falta de sueño de calidad van a desestabilizar al resto de elementos, impidiendo el alcance de un desarrollo armónico e integral del individuo.
  4. Conexión social: la era digital y el reinado de las redes sociales ha generado algo de pérdida del contacto real. Nunca hemos estado conectados con tanta gente y tan solos a la vez. No te dejes dominar por la “droga digital” (domínala tú, con criterio) y busca momentos de encuentro físico con personas cercanas que te aporten espacios de calidad donde experimentar la comunicación real, la escucha activa y el contacto personal.

En resumen, huye de la palabra dieta entendida como un estado de restricción y sufrimiento. Dedica tiempo a conocerte y a descubrir qué es lo que realmente necesitas en el momento o etapa de la vida en la que te encuentres. A partir de ahí, intenta implementar estos pequeños tips (alimentación real, píldoras de movimiento, descanso de calidad y conexión social real) que te ayudarán a configurar tu propio estilo de vida.

No obstante, si aun así te quedan dudas, el equipo de expertas y expertos entrenadores de MAMIFit y los médicos de los seguros de salud de Tomamos impulso te ayudarán a adoptar un estilo de vida saludable que te permita desarrollarte de manera integral y conseguir el equilibrio y la salud biopsicosocial que te permitan alcanzar un completo estado de bienestar.

Más sobre mí
Sandra Solaguren-Beascoa. Graduada en CAFyD (Grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte). Especialista en salud, entrenamiento y mujer. Doctoranda en Biomedicina en la Universidad de Granada. Entrenadora e investigadora en MAMIfit.

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