- Lara Marín López | #impúlsate
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En verano nos relajamos y nos damos cuenta del ritmo frenético que hemos llevado el resto del año. Y vemos claro y nos entran las ganas de cuidarnos más y sentirnos mejor. Ahí podemos ver la meditación como algo que puede venirnos bien. El problema es que la mayoría de las personas no sabemos meditar o no nos hemos planteado nunca cómo hacerlo porque parece algo difícil y alejado de la mayoría de la gente, reservado para unos pocos. Nada más lejos de la realidad.
¿Cualquiera puede meditar?
Créeme cuando te digo que esta práctica está mucho más a tu alcance de lo que piensas. No hace falta ser un súper practicante de yoga para poder meditar. Simplemente tienes que querer hacerlo y entender que al principio puede costar un poquito pero que vamos a educar a nuestra mente para que después (y no va a ser mucho tiempo) sea mucho más fácil y se convierta en un hábito saludable que nos va a venir muy bien para regularnos y equilibrarnos en nuestro día a día.
¿Qué tengo que hacer para meditar?
Desde mi experiencia en consulta y como profesora de yoga, resulta mucho más fácil a nivel mental, normalmente, hacer prácticas de meditación dinámicas que optar por una meditación más formal y estática que requiera de más disciplina (si nos gusta y vemos que nos va bien, todo llegará 😃).
Vivimos en un mundo en continuo movimiento y aunque nuestro reto va a ser siempre aprender a parar mente y cuerpo, puede resultar más sencillo, aunque parezca contradictorio, aprender a hacerlo moviéndonos. Sé que suena algo confuso, pero pronto lo vas a entender.
¿Por qué meditar en movimiento?
Lo que vamos a hacer es realizar un movimiento repetido con nuestro cuerpo acompañado de nuestra respiración, durante unos minutos. Vas a sentir un ligero estrés y probablemente algo de cansancio los primeros días. Pero enseguida vas a ver como tu cuerpo y tu mente se van fortaleciendo y son capaces de aguantar más tiempo en esta situación de movimiento consciente.
Además, la idea es activar con el esfuerzo nuestro sistema nervioso simpático (o “de huida”) durante el ejercicio y, cuando terminemos y nos coloquemos en postura de relajación (lo que asimilamos más con la “meditación clásica”), llevarle al lado contrario, al parasimpático, enseñándole de esta manera a nuestro cerebro a relajarse y a que entienda que después de un estrés puede llegar la calma (veréis que es muy útil para nuestro día a día).
Vamos a entender la práctica paso a paso
Vamos a empezar por un minuto diario. Te vas a colocar sentado con las piernas cruzadas o en una silla con las piernas en ángulo de 90 grados y los pies bien apoyados en el suelo. La espalda no está apoyada en ninguno de los dos casos, pero permanece recta.
Vamos a estirar los brazos a los lados con los puños cerrados y los pulgares arriba y con los ojos cerrados vamos a llevar nuestros brazos hacia nuestros hombros de manera repetida y acompañando el movimiento con nuestra respiración. Inhalamos al llevar los pulgares a los hombros y exhalamos al llevar los brazos estirados a los lados.
Terminado el minuto, te acuestas boca arriba con los brazos a los lados y dejando caer los pies hacia el suelo de forma relajada y te quedas en esa postura de relajación un par de minutos. Respirando tranquilamente, siempre por la nariz, y con los ojos cerrados. Esto hace que nos vayamos al sistema nervioso parasimpático, el que nos da paz y tranquilidad.
Te aseguro que solo este poquito, a diario, te va a hacer estar en la vida de otra manera.
¿Durante cuánto tiempo hago este ejercicio?
Lo ideal sería mantener esta práctica durante 90 días aumentando cada poquito la duración. Por ejemplo, la primera semana puedes hacer 1 minuto. La segunda subir a 2 minutos, la tercera a 3. Y así hasta llegar a 7 minutos.
Si quieres ver algo más sobre meditación o piensas que no tienes tiempo para ello, tienes este artículo que te puede orientar. En la meditación, como en el ejercicio, todo es empezar 😃.
Si tienes dudas, el equipo de expertas y expertos entrenadores de MAMIFit y los médicos de nuestros seguros de salud te ayudarán a encontrar la forma de mejorar tus hábitos. Ya lo sabes: las vacaciones pueden ser el momento ideal para mejorar tu salud e incorporar buenos hábitos.
Más sobre mí
Lara Marín López. Nutricionista y enfermera. Profesora de Yoga. Especialista en salud hormonal y de la mujer. Máster en Microbiota humana por la Universidad San Pablo. Máster en Epidemiología y Salud Pública por la Universidad Rey Juan Carlos.
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