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¿Te desesperas cuando la nevera o la despensa no te chivan qué comer? ¿Te gustaría alimentarte de forma más saludable? ¿Quieres ahorrar tiempo y dinero en la cocina? ¿Sabes lo que es el batch cooking y todavía no lo pones en práctica? Sigue leyendo y de esta semana no pasa que lo intentes.

Se acabaron las eternas excusas de no tengo tiempo. Cocinar en unas pocas horas prácticamente todo lo que necesitas para la semana es posible. Te contamos cómo organizarte.

Batch cooking

¿Por qué el batch cooking está de moda?

Cómo nos gusta poner nombres rimbombantes a todo, y si es en inglés, mejor que mejor. Para algunos, el truco del batch cooking no es más que el matarte a cocinar y guardar en tuppers de toda la vida. Pero esto no es del todo correcto. Aunque los tuppers son muy protagonistas, todo esto va un paso más allá, permitiendo diferentes combinaciones sin tener que estar el día entero pringando en la cocina.

Quien prueba esta denominada cocina en bloques, no lo deja. Y es que es la forma más práctica de comer saludable, ahorrar tiempo en la cocina y olvidarse del estrés de pensar en cada comida o cena qué voy a comer.

Reduce las horas que pasas en la cocina

Esta técnica permite realizar preparaciones intermedias para combinarlas en pocos minutos a lo largo de la semana. Así vencerás la pereza y la falta de tiempo para comer más saludable. Los ultraprocesados dejarán de llamar tanto tu atención cuando en la nevera de casa te esperan opciones mucho más nutritivas y, por qué no, deliciosas.

A la vez que ahorras un dinerito

Limitarnos a comprar lo que realmente necesitamos para la semana nos ayudará a ajustar el precio de la cesta de la compra. Pero este no es el único ahorro que vas a notar, ya que tendrás menos desperdicios y conseguirás un menor gasto en suministros. Al cocinar diferentes cosas a la vez, podrás rentabilizar más el consumo del horno, de la campana extractora, de la luz o del lavavajillas. Para esto también es importante que cuadres el rato que pases en la cocina con las horas que más económica está la energía. ¡Que no está la situación como para despilfarrar!

La clave: combinar platos completos con preparaciones

Las necesidades de cada casa varían según el tipo de familia. Uno de los trucos del batch cooking consiste en encontrar el equilibrio necesario entre la preparación de platos completos con las llamadas preparaciones. Los completos son aquellos que una vez sacas de la nevera o el congelador están listos para comer sin añadirles nada más, como por ejemplo un estofado, una crema o un potaje. Son la opción perfecta cuando no dispones de tiempo, ya que no requieren de trabajo añadido.

Por otro lado, están las preparaciones independientes. Por si solas no constituyen un plato, pero tenerlas listas agiliza mucho el cocinado. Una boloñesa, vegetales salteados, carnes asadas, sofritos... que servirán de base para otros platos como una riquísima pasta. Podrás combinarlos de diferentes formas y tener la sensación de comer cosas diferentes todos los días.

Esto tiene buena pinta, ¿por dónde empiezo?

No nos vamos a engañar, si hay algo que este método necesita es de un poco de organización. Habrá cabida para alguna que otra improvisación si eres de emociones más fuertes, pero la previsión es, sin duda, otro de los principales trucos del batch cooking.

Para que salga bien, lo primero es establecer un menú semanal. Nadie te va a librar de decidir qué platos comer o cenar a lo largo de la semana, pero te aseguramos que la inspiración es mayor si te detienes unos minutos para planificarte con tiempo que si pretendes que te visite justo en el momento de preparar la cena. Si este paso te da mucha pereza, puedes hacer de golpe varias plantillas e intercambiarlas y adaptarlas a lo largo del año con los productos de temporada.

Antes de lanzarte a comprar

Con el menú semanal ya pensado, hacer la lista de la compra será mucho más fácil. Recuerda lo importante que es ir al mercado o al supermercado con todos los alimentos apuntados. En este artículo te contábamos trucos que te ayudan a ahorrar.

Acuérdate también de revisar los alimentos que tienes en casa. Inspecciona la nevera, el congelador (que no se convierta en un pozo sin fondo, donde todo entra, pero nada sale), y la despensa. Ajusta bien las cantidades. Otro de los grandes beneficios de este método es la reducción del desperdicio alimentario. ¡Tan necesaria en el mundo que vivimos!

Busca tu momento

Unos prefieren un rato del fin de semana, otros una tarde/noche tranquila de un día de la semana. El secreto es encontrar un rato en el que puedas relajarte y disfrutar de la cocina. Igual te suena raro, pero incluso puede ser un buen plan en familia o pareja. Si vives solo puedes montar quedadas semanales con amigos y que la ocasión cunda más a la vez que os echáis unas risas. ¡Ponte música y déjate llevar!

Por cierto, para que todo fluya, a la hora de planificar el orden de preparación, debes tener en cuenta los tiempos de preparado. Empieza por los que más tarden en cocinarse y deja los más rápidos para el final.

Tira de alarmas para que no se te pasen los tiempos de cocción de cada alimento. Parece una chorrada, pero cuando se están preparando diferentes platos a la vez es fácil distraerse y llevarse algún que otro disgusto con preparaciones quemadas.

No te olvides de los snacks

Aprovecha que ya estás metido en faena, con los cacharros sacados y el horno encendido, para preparar también alguna receta válida para el desayuno, la merienda o un picoteo entre horas. Desde luego, son los momentos ideales para saborear una fruta, pero de vez en cuando también nos podemos dar algún que otro homenaje, que si está preparado en casa será mejor.

Conservación de los alimentos, un punto crítico

Parece obvio, pero si no le prestamos la atención adecuada a la conservación de los alimentos tiraremos todo el trabajo adelantado por la borda. En la propia planificación del menú tendrás que situar los preparados que peor se mantienen para consumirlos lo antes posible. Además, la mayoría de los víveres y platos pueden congelarse sin mayor problema. Eso sí, acuérdate de descongelarlos en la nevera con antelación. Nada de dejarlos sobre la encimera cultivando gérmenes.

Contar con envases adecuados también es fundamental para una correcta conservación de los alimentos. El tamaño de estos debe ser proporcional al contenido. Las provisiones subsisten mejor si no hay mucho aire. Además, deben cerrar bien y en caso de ir a parar al congelador, ser aptos para resistir las bajas temperaturas.

Como la idea es tener diferentes preparaciones, te será de gran ayuda etiquetar cada recipiente con el contenido y la fecha de preparación. Piensa que esto va a ser continuo, por lo que te recomendamos que te hagas con algún sistema fácil para actualizar las etiquetas. La cinta de carrocero o un rotu borrable, por ejemplo, son buenas opciones.

Todo listo para hincarle el diente

Llegado el momento de comer, gracias al batch cooking solo tendrás que preocuparte de disfrutar. Sigue la planificación que tengas preestablecida en tu menú semanal para combinar los diferentes cocinados según tus gustos, calienta si hace falta y ¡mmmmm!

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Lara Marín
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